

Servicios públicos: Camiones RSU y mantenimiento urbano
La transición hacia una movilidad más sostenible ha afectado cada vez más al sector de los servicios públicos. Alkè ofrece una gama de di vehículos eléctricos diseñados para responder a las necesidades de recogida de residuos, mantenimiento urbano, logística y muchos otros usos. Estos vehículos se están imponiendo como una solución concreta para las administraciones municipales y las empresas municipales que desean reducir el impacto medioambiental sin renunciar a la eficiencia y la versatilidad.
Por qué elegir los vehículos eléctricos Alkè para los servicios públicos:
- Extremadamente silenciosos
- Dimensiones compactas y maniobrabilidad
- Gran versatilidad de equipamiento
- Ahorro en los costes operativos
- Robustez y calidad made in Italy
- Servicio posventa rápido y eficaz

Cod. WA1 - Contenedor de residuos
Diseñado específicamente para empresas municipales y centros históricos
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Cod. WA6 - Mini compactador
Los mini compactadores son la solución óptima para la recogida y el transporte de residuos.
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Cod. ME1 - Laterales de malla
Vehículos eléctricos con plataforma de carga con laterales de malla DR1
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Cod. CL2 - Hidrolimpiadora
Módulo de limpieza con hidrolimpiadora de 600 o 210 litros
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Cod. DR1 - Doble cabina
Ideal para el transporte de material y equipos de trabajo
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Cod. SN1 - Quitanieves
Vehículos quitanieves compactos y manejables
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Eficiencia y sostenibilidad para la ciudad del futuro
Los vehículos eléctricos Alkè han sido diseñados para su uso en entornos urbanos, históricos y turísticos, donde las restricciones de tráfico y las normativas sobre emisiones son cada vez más estrictas. Gracias a su propulsión totalmente eléctrica, estos vehículos no producen emisiones locales de CO₂ ni contaminantes, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades. Otro aspecto fundamental es la reducción del ruido: los vehículos Alkè son extremadamente silenciosos, una característica especialmente apreciada durante las actividades nocturnas o en las primeras horas de la mañana, cuando los servicios de recogida de basura o limpieza de calles deben operar sin perturbar la tranquilidad pública. Uno de los usos más frecuentes de los vehículos Alkè en los servicios públicos es la recogida de basura, especialmente en las zonas del centro histórico, en las áreas peatonales y en los parques. Gracias a sus dimensiones compactas y a su excelente maniobrabilidad, estos vehículos pueden acceder fácilmente a zonas donde los camiones compactadores tradicionales no pueden entrar. Todos los vehículos Alkè pueden integrarse con la plataforma en la nube Alkè, lo que ofrece un control completo y en tiempo real de la flota. Gracias a este sistema, las empresas municipales pueden supervisar la posición, la autonomía restante, las rutas y el estado de carga de los vehículos, optimizando así las operaciones diarias como la recogida de residuos y el mantenimiento urbano. La gestión a través del cloud también permite programar intervenciones de mantenimiento preventivo y reducir los tiempos de inactividad de las máquinas. Además, los datos recopilados ayudan a mejorar la eficiencia energética, reducir los costes operativos y respaldar decisiones estratégicas orientadas a la sostenibilidad y a la ciudad inteligente.
Mantenimiento urbano: la versatilidad de los vehículos eléctricos Alkè
Las configuraciones de los vehículos Alkè se pueden personalizar con volquetes, contenedores para la recogida selectiva de residuos o módulos para el transporte de sacos. De este modo, es posible adaptar el vehículo a las necesidades específicas de cada ciudad o barrio. Además, al ser eléctricos, los vehículos Alkè también son ideales para la recogida de residuos en los centros históricos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde el respeto por el medio ambiente y el decoro urbano es aún más importante. Además de la recogida de residuos, los vehículos Alkè también se utilizan ampliamente en el mantenimiento urbano. Gracias a la posibilidad de instalar diferentes equipamientos, como hidrolimpiadoras o equipos para el mantenimiento de zonas verdes públicas, estos vehículos se convierten en auténticos laboratorios móviles. Por ejemplo, durante las operaciones de poda, los vehículos pueden transportar simultáneamente a los operarios, las herramientas de trabajo y el material recogido. O bien, para el mantenimiento del mobiliario urbano y la señalización vial, es posible equipar el vehículo con una plataforma aérea y todo lo necesario para operar de forma autónoma directamente in situ. Esta versatilidad también es posible gracias a la robustez de los vehículos Alkè: a pesar de ser compactos, están diseñados para soportar cargas importantes y trabajar intensamente, día tras día.
Logística y transporte urbano
Las administraciones municipales a menudo también deben gestionar el transporte de materiales, equipos y personas en entornos urbanos complejos. Los vehículos eléctricos Alkè, gracias a su capacidad de carga de hasta 1630 kg (en el chasis) y a su autonomía de hasta 200 km (dependiendo del modelo y el equipamiento), también son perfectos para estas actividades. Pensemos, por ejemplo, en el transporte de equipos para eventos públicos, ferias o manifestaciones deportivas: con un vehículo Alkè es posible desplazarse rápidamente de una zona a otra, sin emisiones y sin crear molestias al tráfico urbano. Del mismo modo, para la entrega de materiales en hospitales, escuelas u otras estructuras públicas, el uso de vehículos eléctricos permite operar de forma discreta y respetuosa con el medio ambiente. Además de los evidentes beneficios medioambientales, los vehículos eléctricos Alkè también representan una oportunidad de ahorro económico para las administraciones públicas. Los costes de funcionamiento de un vehículo eléctrico son generalmente inferiores a los de un vehículo tradicional, gracias al menor gasto en «combustible» (electricidad en lugar de gasóleo) y al menor mantenimiento ordinario. De hecho, los vehículos eléctricos tienen menos componentes sujetos a desgaste que los motores endotérmicos: no requieren cambios de aceite, filtros ni intervenciones frecuentes en el embrague y el escape. Todo esto se traduce en un coste total de propiedad (TCO) más bajo, lo que hace que la inversión inicial sea más sostenible a medio y largo plazo. Además, en muchos países y regiones existen incentivos y subvenciones para las entidades públicas que deciden invertir en flotas de bajas emisiones, lo que reduce aún más los costes.