

5 falsos mitos sobre los Vehículos eléctricos
En los últimos años, los Vehículos eléctricos se han convertido en los protagonistas de una auténtica revolución en el sector de la movilidad. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos, todavía existen muchos prejuicios y falsos mitos que frenan a algunas personas a considerarlos como una alternativa viable a los vehículos de combustión tradicionales. En este artículo, desmentiremos cinco de estos mitos, centrándonos en los Vehículos eléctricos de trabajo.
5 falsos mitos sobre los Vehículos eléctricos:
Los Vehículos eléctricos no son adecuados para trabajos pesados
Un mito muy extendido es que los Vehículos eléctricos no pueden soportar cargas pesadas o trabajos intensivos. La realidad es bien distinta, sobre todo en el caso de los vehículos eléctricos Alkè, conocidos por su robustez y prestaciones. Por ejemplo, los modelos Alkè son capaces de transportar hasta 1.630 kg y remolcar hasta 4.500 kg, unas prestaciones que rivalizan fácilmente con las de muchos vehículos diésel o de gasolina. Los vehículos de trabajo eléctricos Alkè están especialmente diseñados para trabajos intensivos. Imagínese trabajar en el centro de una ciudad con calles estrechas y a menudo peatonales: un vehículo Alkè no sólo es perfecto para transportar mercancías gracias a sus dimensiones compactas, sino que también puede acceder a zonas de bajas emisiones (ZBE) sin restricciones, algo imposible para un vehículo de combustión.
Los Vehículos eléctricos en funcionamiento no tienen suficiente autonomía
Aunque es cierto que la autonomía de los primeros modelos de VE era limitada, las cosas han cambiado hoy en día. Los vehículos Alkè, por ejemplo, ofrecen autonomías de hasta 200 km con una sola carga, más que suficiente para la mayoría de las operaciones diarias en entornos urbanos e industriales. Piense, por ejemplo, en un pueblo turístico: un vehículo eléctrico puede utilizarse todo el día para transportar a los huéspedes, el equipaje o el material sin molestarles nunca con el ruido o la contaminación de un motor de combustión. ¿Y si necesita recargar? Una pausa durante el almuerzo o en momentos de poca actividad suele bastar para recuperar energía
Los Vehículos eléctricos son demasiado caros
Es cierto que la compra inicial de un vehículo eléctrico puede parecer más cara que la de un vehículo convencional. Sin embargo, si tenemos en cuenta el coste total de propiedad (CTP), los vehículos eléctricos suelen ser más baratos a largo plazo. Debido a los menores costes de mantenimiento y a que la electricidad es más barata que el combustible, el ahorro es considerable. Tomemos el caso de un almacén o un hangar: un vehículo Alkè utilizado para el transporte interno no sólo reduce enormemente los costes de combustible, sino que también requiere menos mantenimiento debido a la sencillez del motor eléctrico. Y no olvidemos los diversos incentivos fiscales y subvenciones gubernamentales que pueden abaratar aún más el precio de compra.
Los Vehículos eléctricos comerciales no son lo bastante versátiles
Mucha gente piensa que los vehículos eléctricos sólo sirven para unos pocos usos concretos, pero lo cierto es que su versatilidad es impresionante. Los vehículos Alkè, por ejemplo, pueden personalizarse con una gama de más de 100 accesorios: volquetes, compartimentos cerrados, incluso refrigerados, plataformas elevadoras y mucho más. Imagínese un hospital: un vehículo eléctrico puede equiparse para transportar lavandería o medicinas, moviéndose silenciosamente por pasillos externos e internos sin molestar a los pacientes. O piense en una feria: con un vehículo Alkè, podrá desplazarse fácilmente entre los estands, sin producir emisiones que podrían molestar a expositores y visitantes. Los vehículos eléctricos Alkè resultan ser adecuados tanto para circular por carretera como fuera de ella. También son vehículos que se utilizan en todos los sectores, desde la industria a la agricultura, desde el turismo a la administración pública
Los Vehículos eléctricos no son tan ecológicos como parecen
Uno de los mitos más persistentes es que los vehículos eléctricos no son realmente ecológicos, teniendo en cuenta la producción de baterías y la energía necesaria para recargarlas. Si bien es cierto que la producción de baterías tiene un impacto medioambiental, éste se ve compensado en gran medida por la ausencia de emisiones durante su uso y por la creciente utilización de energías renovables para su recarga. En los próximos años, este beneficio medioambiental será aún más significativo, ya que una parte cada vez mayor de la energía verde fluirá hacia la red en los principales mercados. Como resultado, los coches y vehículos eléctricos se recargarán cada vez más con energía renovable de forma totalmente automática. En zonas propensas a explosiones, por ejemplo, como fábricas químicas, depósitos de combustible o zonas peligrosas, el uso de vehículos eléctricos Alkè con certificación ATEX no sólo es más seguro, sino que también reduce drásticamente el impacto medioambiental en comparación con los motores diésel, que emiten partículas y gases nocivos. Además de la ausencia de contaminación atmosférica con los vehículos eléctricos, también tenemos ausencia de contaminación acústica. La ausencia de ruido contribuye al bienestar de las personas y a la tranquilidad en las zonas de uso.